Durante los últimos años, los modelos de negocio surgidos al amparo del paradigma que abre la Economía Colaborativa han experimentado un notable crecimiento, al tiempo que el propio fenómeno de la Economía Colaborativa ampliaba la heterogeneidad de su contenido y, en gran medida, se profesionalizaba. Los efectos de este acontecimiento se perciben en muchos ámbitos, de forma especialmente notoria en el social, donde se clasifican en efectos positivos por un lado y efectos negativos por otro para, utilizando la Teoría del Triple Balance, ponderar la sostenibilidad de estas dinámicas. Paralelamente surge la cuestión: ¿Por qué se participa en los sectores colaborativos? De forma general, un análisis de la literatura académica existente nos conducirá a entender qué motivaciones de tipo social pueden subyacer a la decisión de convertirse en usuario colaborativo; de forma particular, se analiza el sector del transporte colaborativo en España a través de la encuesta “Panel de Hogares” realizada por una institución solvente como es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para comprobar qué mueve a estos consumidores, distinguiendo entre los usuarios de un modelo B2C y otro C2C, y proveedores de servicios a serlo, y esbozamos a continuación un breve perfil del consumidor para mejor comprensión de los matices de esta realidad. El resultado de este análisis proporcionará un marco de trabajo a investigaciones teóricas futuras, en tanto construye matrices sociales que contraponen los aspectos positivos frente a los efectos negativos de este paradigma; al tiempo que podría consistir una herramienta práctica en tanto perfila al usuario de transporte colaborativo en España, así como qué le mueve a participar, lo que facilitaría el lanzamiento de campañas destinadas a los grupos sociodemográficos de interés en cuestión.