Cuando D. José Antonio de Urízar, regente de la Audiencia de Santo Domingo, terminó de redactar su Discurso sobre modificación y límites de la esclavitud, no sabía que tres días antes, España y Francia habían firmado el Tratado de Basilea1 . En virtud del mismo, y a cambio de la restitución de Navarra, España cedía la colonia de Santo Domingo a la República Francesa. Se producía así la unificación política de la Isla de La Española y, al mismo tiempo, se dotaba de una nueva dimensión el trabajo que el jurista había realizado. Tras la entrada de España en la guerra contra Francia, la isla de La Española se había convertido en uno de los principales escenarios del conflicto. La guerra revolucionaria que asolaba la colonia de Saint Domingue amenazaba con extenderse a la parte española, e invitaba, al mismo tiempo, al intento de conquista de la que fue la colonia francesa más rentable. Buena parte de las tropas que luchaban en la colonia francesa eran antiguos esclavos que, desde el año 1791 se habían alzado buscando la libertad por la fuerza de sus armas.