Los valores son concepciones de lo bueno que iluminan analíticamente y guían prácticamente la acción humana. Con meritorias excepciones la Psicología comunitaria ha descuidado explícitar y discutir abiertamente sus dimensiones éticas y valorativas. Con el fin de remediar parcialmente ese descuido propongo en este artículo algunos valores y enfoques valorativos novedosos en la práctica comunitaria. Sugiero primero modificaciones para adecuar los valores deontológicos -pensados para la clínica- a la mayor complejidad y dinamismo del trabajo comunitario. Propongo así sustituir la autonomía individual por una autonomía compartida que extienda la auto-dirección al conjunto de la comunidad. Introduzco también el auto-cuidado (auto-beneficio legítimo) para garantizar la integridad psicológica y moral del practicante y la sostenibilidad del trabajo comunitario. Resalto después tres valores socio-comunitarios. El desarrollo humano, que junto a la auto-dirección incluye la interacción personal y la vinculación social. El empoderamiento, un valor instrumental, fruto de la conciencia subjetiva, la comunicación y la acción social eficaz. Y la justicia social (valor finalista junto al desarrollo humano) compuesto por: un mínimo vital humano (universal), la distribución equitativa de los bienes y recursos materiales y psicosociales producidos por la sociedad y la relación igualitaria con los demás.
El sentimiento de comunidad (SC) es un tema teórica y socialmente relevante que sólo recientemente ha sido objeto de investigación empírica. Tras examinar la evolución conceptual y la literatura empírica sobre el SC, se explora la viabilidad transcultural de las medidas e investigación mayoritariamente anglosajona. Para ello se desarrolla y prueba una medida -una escala auto-descriptiva de 18 items-del SC en un contexto urbano y altamente comunitario, La Barceloneta. El análisis estadístico de los resultados obtenidos de una muestra representiva indican que la escala es fiable y multidimensional aunque está dominada por un factor principal de carácter relacional (Interacción Vecinal), siendo Arraigo Territorial e Interdependencia factores menores. Los resultados, cuyas implicaciones son discutidas, confirman globalmente los análisis teóricos y empíricos pasados así como la teoría de Sarason que fundamentó el desarrollo de la escala. Palabras clave: Comunidad, sentimiento de comunidad, psicología comunitaria.
Se hace una reflexión abierta sobre la viabilidad del empoderamiento psicosocial hoy. Tras examinar algunos efectos sociopsicológicos de la actual crisis económica, se proponen las cuestiones básicas (significado teórico-ideológico, viabilidad práctica, nivel operativo, carácter subjetivo u objetivo) implicadas en el empoderamiento y se describen las dificultades del empoderamiento microsocial frente a las tendencias (concentración, opacidad, lejanía, incomprensibilidad) del poder macrosocial en el mundo postindustrial. Se apuntan algunos retos prácticos del tema para la Psicología Comunitaria poniendo de relieve la limitación de sus medios (explicativos-ideológicos, técnicos, personales-morales, institucionales) en relación a los ambiciosos fines empoderadores y describiendo finalmente, los tres componentes (subjetivo-concienciador, interactivo-organizador, acción social) del proceso empoderador y las limitaciones (y posibilidades) de la acción psicosocial al respecto.
Este trabajo explora la viabilidad y validez transcultural de una medida auto-descriptiva del sentimiento de comunidad desarrollada y puesta a prueba en contextos europeos. Para ello se aplicó el correspondiente cuestionario a una muestra de 317 estudiantes (151 indígenas y 166 mestizos) de de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) y se compararon los resultados así obtenidos con los anteriormente reportados en sendos estudios españoles. Los resultados indican que los habitantes de esa población -tanto indígenas como mestizos- tienen un alto sentimiento de comunidad y que la medida utilizada es muy fiable y estructuralmente multidimensional aun cuando existe un potente factor principal de carácter relacional, “interacción vecinal”, quedando “arraigo territorial” e “interdependencia” como factores menores. La estructura factorial obtenida aporta un sólido apoyo inicial a la validez transcultural de la medida usada y el conjunto de resultados es consistente con varios análisis teóricos y empíricos previos, así como con la teoría de Sarason a partir de la que se desarrolló la medid
I thank Andrés di Masso for generously reviewing this chapter's English writing and Irma Serrano-García and Christopher B. Keys, the editors, for the intellectual stimulation they provided.
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.