A través de cartografía narrativa y participativa se registra la memoria de las acciones de jóvenes brigadistas posteriores al sismo del 19 de septiembre de 2017 en la ciudad de México. A partir de la tipología de acciones, las redes de organización, trayectorias individuales y colectivas de las brigadas, los efectos emotivos de la experiencia de ser voluntarios, y los cambios en el uso de la ciudad posteriores al sismo permiten llevar a cabo un análisis de la construcción subjetiva de los jóvenes, un análisis comparativo con la generación anterior que vivió el sismo de 1985, y también una primera aproximación del impacto socio político derivado de la participación de la población civil. Se sugiere que la acción voluntaria tras el terremoto ha permitido reconstruir simbólicamente la ciudad porque la acción de los jóvenes en lugares específicos ha producido nuevos lugares emocionales, así como sujetos políticos. Construir lugares significa construir la ciudad, una forma prefigurativa y emergente de acción política en un mundo donde la cultura urbana es dominante.