El objetivo del estudio fue elaborar un perfil de los adolescentes policonsumidores, clasificándolos de acuerdo a la edad de inicio y a sus patrones de consumo de alcohol, tabaco, cannabis y la prevalencia de borracheras. Asimismo, se estudió si la variable conducta problema diferencia entre los conglomerados resultantes. La muestra consistió en 284 alumnos y alumnas entre 14 y 17 años de los cuales el 18,3% referían ser policonsumidores. Se administraron la Escala de edad de inicio al uso de drogas, el Cuestionario de frecuencia de uso de drogas y la Escala de comportamiento problemático. Los resultados del análisis clúster con la muestra de policonsumidores, arrojaron una solución de tres conglomerados. Concretamente, el clúster de menores policonsumidores de riesgo está compuesto por los sujetos que inician el consumo a edades más tempranas y que presentan una mayor frecuencia del mismo, siendo además el grupo que se relaciona con una mayor frecuencia de emisión de conductas antisociales. Se destaca la importancia de una actuación por parte de los poderes públicos para asegurar el cumplimiento de la legislación, así como para el fomento de programas preventivos escolares y familiares de tipo selectivo basados en evidencia científica.

El objetivo de esta investigación es determinar si la inflexibilidad psicológica actúa como variable predictora de la agresividad en una muestra de adolescentes, considerando la perspectiva de género. Se trata de una investigación novedosa dado que no existe literatura sobre la relación entre ambas variables, y la inflexibilidad psicológica apenas ha sido estudiada en población adolescente. Para ello se diseñó un estudio descriptivo transversal en el que han participado 499 estudiantes de educación Secundaria, de entre 12 y 16 años. Los resultados muestran la relevancia que tiene la inflexibilidad psicológica en la manifestación de la agresividad, aportando resultados interesantes con respecto a los conocidos hasta ahora en población adulta. Aunque requiere de mayor investigación, las aplicaciones que puedan tener estos hallazgos son relevantes en los distintos niveles de trabajo del psicólogo en Atención Primaria, tanto en aspectos preventivos como en la intervención psicoterapéutica con adolescentes o grupos de adolescentes con manifestaciones clínicas de conducta agresiva.

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El objetivo del estudio era conocer la relación entre las diferentes dimensiones de la variable de personalidad de búsqueda de sensaciones y algunas conductas de riesgo, concretamente el consumo de drogas y la conducta sexual de riesgo, en función del género de los participantes. Asimismo, se estudió si los consumos de las diferentes drogas y la conducta sexual de riesgo estaban relacionados entre sí. La muestra contó con 367 participantes de Ecuador (un 55.6% de chicos y un 44.4% de chicas) de entre 13 y 17 años. Se administraron algunos ítems de la escala The Adolescent Risk-Taking Questionnaire y la escala Sensation-Seeking Scale-V. Los resultados mostraron que la búsqueda de experiencias y la desinhibición son las dos dimensiones que mejor explican las conductas de consumo en ambos géneros y que estos explican la conducta sexual de riesgo en chicos pero no en chicas. Además, se encontró que el consumo de drogas y las conductas sexuales de riesgo presentaron relación en ambos casos. Se plantea así la necesidad de buscar alternativas para que aquellos jóvenes con más necesidad de experimentación canalicen esa característica hacia actividades saludables.

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