El síndrome de burnout está siendo investigado especialmente en el ámbito de la salud, sin embargo los trabajadores del sector educación también son propensos a desarrollar este síndrome por lo que se hace necesario la investigación en especial en las personas sobre las cuales recae la gestión de las instituciones educativas. Los directivos de las instituciones educativas de educación Básica Regular de la Región Puno son los sujetos de investigación además se consideró algunos factores sociales como género, Unidad de Gestión Educativa Local en la cual trabajan y el tiempo de experiencia en el cargo como que pueden determinar la prevalencia del síndrome. Para la ejecución de esta investigación se hizo del método inductivo y la medición se realizó a través de Cuestionario Maslach Burnout Inventory. Los resultados obtenidos permiten afirmar un nivel medio de prevalencia del síndrome de burnout en los directivos; al realizar el análisis por dimensiones, en cuanto al Agotamiento emocional y despersonalización se evidencia un nivel bajo de prevalencia lo cual se evidencia en el entusiasmo y carencia de tensión en los directivos, además de una disminución del endurecimiento, frialdad y distanciamiento frente a las personas con las que trabaja, sin embargo en la dimensión de Realización Personal tanto en docentes contratados y nombrados tienen un nivel alto de prevalencia al no encontrar reconocimiento por el trabajo realizado. En cuanto a los factores sociales que pueden determinar la presencia del síndrome se encontró que el género, la UGEL de procedencia y el tiempo de experiencia en el cargo no son determinantes para la existencia del síndrome en el personal directivo de las instituciones educativas de la región Puno en el año 2017.
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.