La educación es un derecho humano, una dimensión clave de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la clave para lograr la plena inclusión social y profesional de la población y promover el crecimiento económico, la igualdad y la participación en la sociedad. Los niveles más altos de educación están asociados con reducciones en la pobreza y la desigualdad, mejores resultados de salud, acceso a trabajo decente, movilidad social ascendente y ampliación del acceso a la ciudadanía. La educación también es fundamental para los cambios estructurales que la región de América Latina y el Caribe necesitan para crear la capacidad. Debido a la prolongada crisis provocada por la pandemia de covid-19, la falta de vacunas y las continuas tasas de infección, la mayoría de los países de la región mantienen los centros educativos cerrados o parcialmente cerrados. Esto supuso una media de más de un curso académico sin clases presenciales y largas interrupciones. Dejar de aprender o no lograr el mismo tipo de continuidad en línea, lo que sugiere déficits en conectividad y dispositivos digitales, junto con una crisis económica que afecta los ingresos de los hogares, aumenta el riesgo de abandono y aumenta el riesgo sobre el uso de mano de obra infantil y el retraso en el proceso educativo, en todos los niveles acentuando las brechas existentes. La integralidad es una de las claves que la Pandemia informalmente adoptó con más dinamismo y que debe mantenerse. Quedó claro cuán importante es coordinar y vincular la planificación e implementación del sector educativo con otros sectores, especialmente salud, nutrición y seguridad social.
Los cambios sociales recientes son en gran medida el resultado de las nuevas dimensiones que ha introducido el entorno tecnológico, que impregna casi todos los aspectos de la vida social. Actualmente, las TIC se están promoviendo como un medio beneficioso para la educación, lo cual no es sorprendente; es cierto que el uso de las TIC en la educación crea una amplia gama de oportunidades, pero también crea nuevos requisitos. La necesidad de nuevos modelos y paradigmas educativos para la sociedad del siglo XXI es cada vez más urgente, según expertos en investigación y educación. Diversos estudios y reformas se han iniciado en diferentes países como consecuencia de la necesidad de formar y capacitar a los docentes para que puedan afrontar los nuevos retos que plantea la sociedad de la información y el conocimiento a través de la educación. Uno de los retos más recientes en educación es la implementación de lo que se conoce como aula invertida o flipped classroom, en la que los alumnos estudian la materia fuera del aula y siguen desarrollando y practicando lo aprendido en casa a través de diversas actividades, especialmente prácticas. Esto hace de la clase una actividad participativa y colaborativa porque el profesor puede concentrarse en actividades en las que ha detectado problemas en los alumnos. Este nuevo método de enseñanza se basa en el intercambio de métodos de enseñanza convencionales, brindando instrucciones en línea desde fuera del aula y trasladando las tareas más útiles y la interacción social dentro del aula. El maestro es retratado en el enfoque convencional como el que instruye a la clase y supervisa la tarea nocturna. En este nuevo enfoque, mientras los alumnos trabajan en clase, el profesor se mantiene al margen y sirve de guía. A pesar de que la metodología de aula invertida es relativamente nueva, ya existen argumentos y datos que respaldan la afirmación de que mejora el aprendizaje de los estudiantes en comparación con la clase magistral tradicional. Por esta razón, cada vez más educadores lo incorporan a sus planes de estudios, particularmente a nivel universitario, aunque esto no excluye su uso en niveles educativos inferiores. Como toda innovación, tiene ventajas y desventajas, y tanto alumnos como profesores deben aceptar el cambio que implica esta nueva metodología. Sin embargo, esto no siempre es simple o automático, por lo que es necesario un proceso de investigación sobre las herramientas disponibles para su implementación e implantación.
La introducción del aprendizaje a distancia en varios países ha cambiado el mundo porque ha brindado oportunidades a la persona más vulnerable social y económicamente, que difícilmente pudieran haber llegado a ella. Es fácil hablar de los grandes beneficios que ha traído este modelo de educación a estudiantes de muy pocos recursos y a zonas alejadas de las grandes capitales áreas urbanas, donde la mayor parte de la formación académica se centra en el intercambio presencial con las personas. La educación a distancia nace en una época en que Internet no existía, pero contaba con los mecanismos necesarios para funcionar de manera efectiva, los estudiantes recibían materiales didácticos impresos (libros, guías de estudio y CD), para sus estudios en casa. Es claro que la llegada del Internet marcó un cambio en el mundo y la forma en que vivimos, esta herramienta es el impulso de esta modalidad de estudio, igualmente no se puede hablar de instrucción a distancia sin reconocer el gran aporte de la educación tradicional de forma presencial en varios países del mundo, pero tampoco se puede pasar por alto, que millones de personas no pueden acceder a este tipo de aprendizaje presencial por varias razones; demográficas, económicas, sociales personales, entre otras. Este Paradigma de enseñanza y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aportan oportunidades que fortalecen las posibilidades de ingreso a los procesos educativos que deben ser aprovechados para involucrar a las personas y con ello cumplir el derecho a la educación. En especial el sistema universitario se caracteriza actualmente por la coexistencia de instituciones públicas y privadas, si bien la educación inclusiva es un derecho humano fundamental establecido por la UNESCO, todavía falta mucho por hacer, porque va más allá de brindar la oportunidad de estudio virtual, implica un desarrollo tecnológico, con el acceso a internet, equipos de computación, un desarrollo curricular multicultural entre otros factores cuya visión sea exclusivamente inclusiva con un alto valor agregado para la sociedad y para quienes más lo necesitan. Esta forma de aprendizaje a distancia permite a los estudiantes determinar su propio tiempo de estudio de acuerdo con la disponibilidad que se tiene para ello, porque la realidad es que, en la actualidad, jóvenes, adultos tienen como prioridad trabajar para lograr el ingreso que permite la manutención propia y muchas veces el aporte a sus familias.
Tal vez, en algunas oportunidades escuchamos la frase: ¡Para enseñar, basta con saber matemáticas!" y en contraposición aquella que dice: ¡No basta solo saber matemáticas para enseñar! Por tanto, no es fácil responder a la pregunta ¿Qué debe saber un docente para que los alumnos puedan aprender Matemáticas? Hoy en día, existen dos acuerdos claros en la comunidad educativa: saber Matemáticas en un campo amplio es una condición necesaria, y saber Matemáticas por sí solo no es suficiente. Al considerar todas las visiones, sobre las tareas y roles que deberían tener los profesores de matemáticas ahora y en el futuro, podríamos asegurar que poseen una infinidad de tareas y responsabilidades. Un nuevo comportamiento profesional, una nueva actitud hacia los estudiantes requiere el profesor de matemáticas; conocimientos y habilidades pedagógicas flexibles de acuerdo con diferentes situaciones y contextos educativos; conocimiento de la materia en sí y de la información didáctica relacionada. Del mismo modo, se requiere que sea posible promover y estimular el trabajo de los estudiantes, para orientarlos a la reflexión, manejando los aspectos sociales y emocionales; ser capaz de crear entornos de aprendizaje matemáticamente diversos y enriquecedores; diseñar modelos que se adapten a las condiciones de aprendizaje inciertas y cambiantes en las clases de matemáticas y preparar a sus estudiantes para la integración y participación laboral o para continuar con la educación superior.En este análisis y comprensión exhaustiva de los procesos de aprendizaje o enseñanza de las matemáticas, también la filosofía de las matemáticas y la historia de las matemáticas tienen un lugar claro y natural. Esperamos que el texto sea una herramienta útil para estudiantes de matemáticas, maestros e instructores, además que las aportaciones le presenten al lector elementos útiles para su labor profesional y académica, acorde con los cambios educativos que naturalmente se dan en nuestra sociedad.
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