En una época donde los estudiantes y los padres consideran que la educación universitaria es esencial para afrontar los retos académicos y laborales de la vida, bajo esta afirmación ingresar en una buena universidad es más importante y competitivo que nunca, los legisladores, las agencias de acreditación, el público y los mismos educadores están analizando lo que aprenden los estudiantes en la universidad, buscando cada vez pruebas de ello. Esta preocupación generalizada ha dado lugar a investigaciones, publicaciones, más legislación y más llamados para mejorar la enseñanza y el aprendizaje que en cualquier otro momento de la historia. Las cosas más importantes que dirigen la atención son: cómo mejorar la calidad del aprendizaje de los estudiantes, cómo mejorar la eficacia de la enseñanza y cómo hacerlo de forma económica y eficaz. Aunque las opiniones difieren sobre el progreso de esta investigación hasta el momento, existe casi un consenso sobre la necesidad de una mejora continua en este aspecto. El aprendizaje colaborativo continúa siendo de interés porque aborda varios temas importantes relacionados con la mejora del aprendizaje de los estudiantes. La conclusión abrumadora de medio siglo de investigación es que los docentes no pueden simplemente impartir conocimiento a los estudiantes. Los mismos estudiantes deben crear su propia comprensión a través del proceso de asimilación del conocimiento. El aprendizaje significativo y sostenible se produce a través de la participación personal y activa. Los beneficios del aprendizaje colaborativo para los estudiantes que participan activamente son claros en comparación con los métodos más tradicionales, como conferencias y debates en grupos grandes, donde normalmente solo unos pocos pueden intervenir o participar. Muchos empresarios consideran que la voluntad de trabajar de manera eficaz en equipo, son un requisito previo para el éxito. En algunas empresas y profesiones, este es un requisito previo para el empleo. El aprendizaje colaborativo ofrece a los estudiantes la oportunidad de adquirir valiosas habilidades y actitudes interpersonales y de trabajo en equipo al participar en un grupo basado en tareas. Así, además de reforzar el aprendizaje de contenidos o temáticos, los grupos colaborativos desarrollan importantes competencias que preparan a los alumnos para la vida laboral. Nuestra sociedad cada vez más diversa requiere ciudadanos comprometidos que puedan apreciar y beneficiarse de diferentes perspectivas. Al mismo tiempo, la mayoría de los desafíos locales, nacionales y globales requieren respuestas conjuntas a largo plazo. Aprender a escuchar con atención, pensar críticamente, participar constructivamente y colaborar productivamente en la solución de problemas comunes son partes importantes de la educación del siglo XXI. Las instituciones de educación superior quieren ofrecer a los estudiantes mejores oportunidades para convertirse en aprendices de por vida. En las conferencias tradicionales, los estudiantes generalmente son tratados como una sola unidad global pasiva. El aprendizaje colaborativo involucra personal y activamente a estudiantes de todos los orígenes e invita a las personas en aportar a la educación, conocimientos y perspectivas desarrollados a partir de las vidas, además de experiencias académicas y profesionales de los demás.En esta obra, abordamos importantes aspectos del aprendizaje colaborativo, ahora bien, consideramos que los aportes del aprendizaje colaborativo son suficientemente convincentes para formular una interesante pregunta: dadas las pruebas que demuestran que la mayoría de los estudiantes aprende más cuando los profesores utilizan métodos colaborativos, ¿por qué no se toman más en cuentan estas estrategias para los procesos de aprendizaje? Tal vez la respuesta puede hallarse en las razones siguientes: muchos profesores no conocen las pruebas del potencial existente en el aprendizaje colaborativo y muchos no saben cómo implementarlo en las actividades de entrenamiento en grupo. Una de la metas de este libro, por tanto, es proporcionar a los profesores la forma de poder implementar actividades colaborativas en el aula, la otra es impulsar al docente en actividades colaborativas de forma bien sustentada y reflexiva. Con ese fin, hemos incluido consejos sobre técnicas que puedan sustentar a determinar las actividades de entrenamiento colaborativo.
En la actualidad, las necesidades educativas originadas por los cambios sociales, económicos, tecnológicos y científicos han hecho repensar las estrategias educativas en las Instituciones de Educación Superior en Latinoamérica, orientándolas a la formación de un egresado eficaz con competencias profesionales acordes a las anteriores necesidades. El problema radica en que el modelo de educación tradicional no forma al estudiante para la resolución de problemas reales. Los profesores implementan en sus clases ejercicios teóricos con respuestas que son muy conocidas, y no generan ningún tipo de nueva duda. Los estudiantes, generalmente logran la asimilación de estas soluciones y la replican ante contextos idénticos, sin embargo, no aprenden a abordar una situación real y afrontar cualquier cambio supone para ellos dificultades insuperables, conduciendo a la manipulación no significativas de datos, fórmulas e incógnitas y de forma frecuente al abandono. Asimismo, la globalización es una realidad a la que las instituciones de educación superior europeas se enfrentan diariamente motivado, entre otros causas, por la demanda cada vez más exigente en el mercado laboral. Por lo tanto, para adaptarse a esta exigencia de tipo geográfica, en el mundo universitario auspiciado por el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), apuesta por la implantación de modelos enfocados en el desarrollo intelectual, personal, emocional y profesional de los estudiantes, así como en la profundización al momento de la apropiación del conocimiento. El conocimiento se convierte en una masa exponencial de verdades inciertas, donde es difícil decidir sobre los contenidos y/o métodos enseñados en ciencia (Olivares y Khan, 2010). Por ello, los estudiantes actuales y futuros deben formarse en técnicas didácticas que les permitan desarrollar habilidades que les ayuden a tomar decisiones adecuadas sobre qué aprender y qué aplicar a lo largo de su vida personal y profesional. Entre las opciones originadas a raíz de las necesidades educativas, se encuentra el aprendizaje basado en problemas (ABP); que ha sido usado en varias carreras con buenos resultados y, con tantas variaciones como universidades existen en el mundo. El ABP es uno de los métodos más adecuados, puesto que se considera un método interdisciplinar que presenta un enfoque innovador que arraiga sus orígenes en el constructivismo (Harland, 2003), se enfoca en el trabajo, aprendizaje, investigación y reflexión que desarrolla el estudiante de forma autónoma o en grupo para llegar a la resolución de los problemas planteados por el profesor. La resolución de los mismo supone el desarrollo y adquisición de ciertas competencias, habilidades que pueden ser aplicadas posteriormente en el entorno profesional, puesto que uno de los propósitos principales de este método es que el estudiante aprenda a resolver una problemática profesional.Aunque con el tiempo se ha adaptado a otros contextos y se ha aplicado de diferentes formas, el proceso de aprendizaje generalmente requiere que cada estudiante dedique tiempo al autoestudio, comparta y discuta con grupos de estudiantes, y evalúe críticamente sus resultados. El ABP ha recibido muchas críticas para aumentar el rendimiento académico, al menos a través de pruebas escritas, en comparación con la educación tradicional basada en cursos introductorios. Por ejemplo, Beers (2005) no encontró diferencias significativas en los puntajes de las pruebas entre los estudiantes de enfermería que usaban técnicas didácticas de ABP y las clases tradicionales basadas en la exposición de conocimientos. De manera similar, Gijbels, Dochy, Van den Bosshe y Segers (2005) analizaron un total de 40 estudios comparando el desempeño de estudiantes preparados con ABP con aquellos entrenados en clases de estilo conferencia. Sus hallazgos sugieren que no existe una diferencia significativa en el nivel de conocimiento al usar tecnología didáctica, e incluso puede haber desventajas con métodos tradicionales como conferencias o discursos. Sin embargo, los autores encontraron ventajas en el desarrollo de habilidades de las relaciones de conceptos y el nivel de su aplicación, es decir. otras habilidades generales que no están relacionadas con la comprensión del contenido de una disciplina específica. El ABP ha sido descrito como una técnica didáctica que desarrolla habilidades más generales en comparación con otras estrategias como la gestión de casos o el aprendizaje basado en proyectos (Villa y Poblete, 2007). Para lograr una mayor compresión de lo comentado, la presente obra se centrará en los resultados obtenidos a partir de la relación entre el uso del método didáctico ABP y el pensamiento crítico en estudiantes de la educación superior, así como de la causas que motivan la aplicación de esta metodología de enseñanza, las competencias profesionales que favorece, y las problemáticas surgidas de su implementación.
Los métodos de aprendizaje centrados en el docente existieron por cierto tiempo, el enfoque tradicional de la enseñanza presencial ha cambiado considerablemente, con el docente actuando como el punto focal del aprendizaje, y el medio de intercambio de los conocimientos; además, está demostrado que los enfoques tradicionales ponen poco énfasis en enseñar a los estudiantes, a pensar críticamente o a resolver problemas. El enfoque de aula invertida demostró más ventajas que los enfoques tradicionales, a pesar de ello, se requiere de una revisión sistemática para evaluar una visión más amplia del tema a lo largo del tiempo, y a su vez, comprender diferentes perspectivas sobre el tema desde un punto de vista más detallado. Las estrategias de enseñanza actuales por sí solas no son suficientes para facilitar el aprendizaje, la práctica valida la necesidad de aplicar el pensamiento crítico y transferir conocimientos a un nuevo contexto. Los autores deben ser transparentes, minuciosos y precisos sobre los motivos de las revisiones sistemáticas, cómo, por ejemplo, la forma como se encuentran y seleccionan los estudios, cuáles son sus hallazgos únicos, de manera que los lectores finales confíen en ellos. Es igual de importante, conocer las raíces históricas de las corrientes pedagógicas, para evaluar su eficacia, y promover un aprendizaje más activo, crear una cultura en el aula que enfatice la agencia de los estudiantes en los sistemas educativos. La tendencia del aula invertida tiene referencia de aplicación en los niveles de educación secundaria, donde los estudiantes recibieron información a través de video, necesario para su proceso de formación. Las investigaciones muestran como el enfoque de aula invertida, puede mejorar el aprendizaje, aumentar el compromiso, la motivación de los estudiantes en las actividades tanto extracurriculares como las curriculares. Esta acción aumenta la retención de conocimientos y la comprensión de lo que se enseña; mejorando el rendimiento, la satisfacción de los estudiantes y los docentes, reduciendo las tasas de error. Este método ha sido aplicado y evaluado en diferentes divisiones de negocio y regiones, destacando que permite a los estudiantes utilizar los materiales de aprendizaje antes y durante más tiempo, mejorando su capacidad para poner en práctica lo que aprenden. Bergman y Sam (2014) afirman que se usan comúnmente en las escuelas, pero ahora se llevan a cabo también fuera de la escuela. De esta forma, los centros educativos se convierten en lugares donde los alumnos colaboran y resuelven problemas, esto se logra presentando el contenido digital del profesor a los estudiantes frente a la clase. El término aula invertida fue acuñado por los profesores de química Jonathan Bergman y Aaron Sam en Woodland Park, Colorado, EE. UU., los maestros desarrollaron un plan para ayudar a los estudiantes que faltaron a la escuela por una variedad de razones, incluido el tiempo de viaje de las familias rurales de regreso a casa. A partir de 2007 (Bergmann y Sams, 2014), comenzaron a usar un software de grabación de video para grabar sus lecciones y luego subirlo a Internet de manera de compartirlo con los estudiantes. Como resultado, se dieron cuenta de que el nuevo método les permitía concentrarse en las necesidades de aprendizaje únicas de los estudiantes, sin perder tanto tiempo repitiendo el material de aprendizaje que los estudiantes se perdieron fuera de clase. De esta forma, el modelo de aula invertida habla el lenguaje de los estudiantes de hoy, acostumbrados a confiar en la web y las redes sociales para informarse y comunicarse (Tourón y Santiago, 2015). Debido a que la información proviene directamente de las conferencias o libros de texto del maestro, los estudiantes se vuelven pasivos y tienen pocos incentivos para participar en clase. El aprendizaje basado en la investigación es un enfoque que enfatiza la participación, a través del pensamiento sistémico o la investigación de los estudiantes, para identificar posibles soluciones a los problemas. Incluso en las mejores circunstancias, se debe tener conocimiento de cómo funciona el cerebro para comprender cómo es el proceso de aprendizaje de la persona, lo anterior es un problema que a menudo se pasa por alto en el desarrollo de estrategias de instrucción.
La introducción del aprendizaje a distancia en varios países ha cambiado el mundo porque ha brindado oportunidades a la persona más vulnerable social y económicamente, que difícilmente pudieran haber llegado a ella. Es fácil hablar de los grandes beneficios que ha traído este modelo de educación a estudiantes de muy pocos recursos y a zonas alejadas de las grandes capitales áreas urbanas, donde la mayor parte de la formación académica se centra en el intercambio presencial con las personas. La educación a distancia nace en una época en que Internet no existía, pero contaba con los mecanismos necesarios para funcionar de manera efectiva, los estudiantes recibían materiales didácticos impresos (libros, guías de estudio y CD), para sus estudios en casa. Es claro que la llegada del Internet marcó un cambio en el mundo y la forma en que vivimos, esta herramienta es el impulso de esta modalidad de estudio, igualmente no se puede hablar de instrucción a distancia sin reconocer el gran aporte de la educación tradicional de forma presencial en varios países del mundo, pero tampoco se puede pasar por alto, que millones de personas no pueden acceder a este tipo de aprendizaje presencial por varias razones; demográficas, económicas, sociales personales, entre otras. Este Paradigma de enseñanza y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aportan oportunidades que fortalecen las posibilidades de ingreso a los procesos educativos que deben ser aprovechados para involucrar a las personas y con ello cumplir el derecho a la educación. En especial el sistema universitario se caracteriza actualmente por la coexistencia de instituciones públicas y privadas, si bien la educación inclusiva es un derecho humano fundamental establecido por la UNESCO, todavía falta mucho por hacer, porque va más allá de brindar la oportunidad de estudio virtual, implica un desarrollo tecnológico, con el acceso a internet, equipos de computación, un desarrollo curricular multicultural entre otros factores cuya visión sea exclusivamente inclusiva con un alto valor agregado para la sociedad y para quienes más lo necesitan. Esta forma de aprendizaje a distancia permite a los estudiantes determinar su propio tiempo de estudio de acuerdo con la disponibilidad que se tiene para ello, porque la realidad es que, en la actualidad, jóvenes, adultos tienen como prioridad trabajar para lograr el ingreso que permite la manutención propia y muchas veces el aporte a sus familias.
El trabajo presentado se sustenta en un diseño no experimental transversal correlacional. Para seleccionar la muestra se utilizó el muestreo no probabilístico, y se seleccionaron a 92 estudiantes, utilizándose escalas de actitudes, y cuestionarios por cada variable Proceso de licenciamiento y Formación profesional del docente. Se halló que el 56,5% (52) perciben que es regular la responsabilidad social universitaria, el 59,8% (55) tienen una satisfacción académica moderada. Se concluye que la satisfacción académica según la percepción de los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, 2020 (Siendo el resultado significativo p < 0,05 y el coeficiente rho = 0,710) muestra una correlación positiva alta.
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