Introducción Desde los albores de la lexicografía se han incluido en los diccionarios unidades fraseológicas 1) , sobre todo locuciones y enunciados fraseológicos (paremias y formas rutinarias). Así, ya Covarrubias, Terreros y Autoridades las registraron en sus obras. Además, la edición de volúmenes especiales donde se recopilan es cosa común y goza de buena acogida entre el público. El porqué de los dichos de José María Iribarren, por ejemplo, se publicó por primera vez en 1954 y contó con varias ediciones aumentadas. Los hispanistas japoneses también están familiarizados con este tipo de obras. En las librerías de Japón se encuentran diccionarios de refranes y proverbios como el Florilegio de los proverbios españoles (1990), de Shinzo Yamazaki y Felipe Carbajo o el más reciente de Masaru Sawamura y Patricia Felisa Rubio (2006). Los diccionarios bilingües, cómo no, también las han recogido de forma habitual. El que los diccionarios, ya sean monolingües generales o especializados, ya sean bilingües, las recojan es algo natural, por cuanto las UF pertenecen al acervo del idioma. No obstante, son piezas muy incómodas para el lexicógrafo, ya que son de difícil ajuste en el puzzle idealizado de la lengua que éste desea armar en el diccionario. Sin embargo, actualmente las UF están de enhorabuena: congresos, publicaciones, diccionarios especializados, sitios en Internet, recopilaciones bibliográficas 2) … Sin duda, se trata de un campo en auge. Corpas Pastor atribuye este florecimiento a la llegada del contextualismo británico, al 54 2010
A lo largo de la historia, el trabajo y la producción lexicográficahan avanzado de la mano de la tecnología. Su alianza se reforzó con la llegada de las computadoras en las últimas décadas del siglo XX, pero este hecho afectó poco al usuario finaldel diccionario, a excepción de algunos países asiáticos, donde se desarrollaron más los diccionarios electrónicos portátiles (DEP). En cambio, la generalización de internet y de los dispositivos móviles sí ha modificadoradicalmente su comportamiento hacia las obras de referencia, que han aumentado no solo en número sino también en variedad. Hoy en día se está observando cómo las nuevas generaciones se apropian de estas nuevas herramientas digitales y adaptan sus hábitos de uso a ellas, dejando atrás los sinsabores de las consultas soportes de papel, pero arrinconando al mismo tiempo el empleo del diccionario. El objetivo de este trabajo es reflexionarsobre los cambios que la digitalización ha provocado en los valores que los usuarios atribuían a los diccionarios. Con este fin,se han divido la transición del papel a lo digital en tres etapas cronológicas y se han separado las cualidades de los diccionarios en dos grupos: las que llevaban a los usuarios a adquirir uno y las que los llevaban a consultarlo. Se repasa para cada una de ellas el progreso acontecido en las obras lexicográficasy se contrastan con los estudios acerca de actitudes, creencias y hábitos de uso realizados desde la perspectiva del usuario. De esta forma ha sido posible argumentar con detalle la pérdida de valor de los diccionarios y relacionarla con el proceso de sustitución por otras herramientas de consulta. Finalmente, aunque en segundo plano, el repaso también pretende visibilizar el papel jugado por los diccionarios electrónicos portátiles, muchas veces olvidados por el hecho de que su uso se limitó a unos pocos países alejados de occidente.
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