La investigación estimula el pensamiento crítico y la creatividad tanto en educadores como en educandos. Es a través de la investigación que se alienta la curiosidad necesaria para la formación de profesionales con habilidades y conocimientos nuevos, capaces de resolver, desde la innovación, ciencia y tecnología, los problemas ambientales y sociales que surgen de la demanda global de recursos en un mundo en acelerado desarrollo. Gracias a los procesos de formación de la investigación, se genera, en los estudiantes que participan de ello, un aprendizaje autónomo, crítico, epistemológico, que despierta su curiosidad por el campo de la investigación, descubriendo escenarios valiosos en el encuentro entre la realidad y el planteamiento de alternativas investigativas, presentándose como ambientes educativos flexibles, de lógicas colaborativas, donde los estudiantes se sumergen en la comprensión de temáticas, ideas, nociones, métodos y metodologías que permiten comprender y apropiar los procesos de reinventar realidades (Juajibioy et al., 2021).