Nuevas investigaciones arqueológicas en la cordillera andina de Chile central demuestran que cazadores recolectores del periodo Arcaico IV incorporaron el conocimiento y uso de cultígenos iniciales a su sistema de subsistencia. En el sitio El Plomo (3.460 a 3.340 años cal. a.p.) localizado a 2.070 metros de altitud, se reitera el hallazgo de frutos de Chenopodium (cf. Chenopodium quinoa) carbonizados además de otros Chenopodium en estado desecado que también presentan rasgos de domesticación. Los estudios morfológicos efectuados en estos últimos con el apoyo de especialistas sugieren que sus tamaños, entre 0,8 a 1 mm de diámetro, muestran similitudes con Chenopodium pallidicaule o cañihua, o corresponderían a una variedad temprana de quinoa. La ausencia de testa, entre otras características diagnósticas en estos frutos, hace difícil determinar su identidad con suficiente certeza. Esta problemática abre una nueva línea de discusión acerca de la domesticación de Chenopodium en Chile central. Se plantea además el aprovechamiento de otros recursos vegetales, que no han sido particularmente considerados como alimentos en el registro arqueológico de ocupaciones de cazadores recolectores tardíos en esta región. El sector de Alto Maipo en la cordillera de Chile central se propone como un umbral ecológico cultural donde ocurre tempranamente una importante innovación en el sistema básico de subsistencia de cazadores recolectores del período Arcaico.Palabras claves: cazadores recolectores, Arcaico final, cultígenos iniciales, Chenopodium, alta cordillera, Chile central.
Recent archaeological research in the Andean highlands of Central Chile provides evidence that hunter-gatherers of the Archaic
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.