An update on postpartum depression
Postpartum depression (PPD) is a common condition worldwide and most of the available information is about treatment rather than prevention. This paper is an update on prevention and treatment of PPDL a depresión postparto (DPP) es la complicación psiquiátrica más frecuente del postnatal y, dadas sus potenciales repercusiones en el bienestar de la madre y del bebé, su correcto abordaje debe constituir una prioridad en Salud Pública. Además, provee una especial oportunidad de prevención pues está precedida por un "marcador" definido: el nacimiento de un hijo. Se han identificado grupos de riesgo y un período de mayor vulnerabilidad, que son los primeros tres meses del período postnatal 1 . El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-V) 2 incluyó como novedad frente a la versión anterior 3 , el trastorno depresivo mayor de inicio en el periparto, considerando su desarrollo durante el embarazo o en las primeras cuatro semanas del postparto. En este punto mantuvo el mismo criterio de tiempo, lo que ha generado cuestionamientos, ya que, para efectos clínicos y de investigación, el período de riesgo puede ampliarse a los tres meses del parto . Un estudio antropológico publicado a fines de la década 1980-89 sugirió que la DPP era prácticamente inexistente en China, debido a una mayor atención dirigida a la mujer y a las adecuadas redes de apoyo familiar. Estudios posteriores con instrumentos de auto-reporte han arrojado tasas entre 0 y 18% en poblaciones diversas de ese país 8 . Respecto de su prevalencia en el mundo occidental, se han reportado valores más altos en países emergentes que en los desarrollados 9 . Sin embargo, la evaluación de algunos estudios epidemiológicos en DPP no es fácil debido a las variaciones en sus diseños metodológicos (ej. uso de instrumentos de tamizaje vs detección espontá-nea de los síntomas), en los tamaños muestrales y en los criterios diagnósticos utilizados.En Chile, Alvarado y cols. (1992) 10 reportaron una incidencia de 8,8%, y una prevalencia de 20,5%, y Jadresic y cols. (1992) 11 de 9,2% y 10,2%, respectivamente. Jadresic y Araya (1995) 12 observaron una relación inversa entre su prevalencia y el nivel socioeconómico, alcanzando 41,3% en el bajo, 33,5% en el medio, y 27,7% en el alto. Es decir, las mujeres con menores ingresos exhibieron aproximadamente el triple del riesgo