“…Sin embargo, los trabajos sobre capsaicinoides han sido de los más relevantes (Pino et al, 2006;Cisneros-Pineda et al, 2007) debido a que la pungencia de los frutos es la característica principal del cultivo, por tal motivo cualquier línea de investigación termina correlacionando sus variables con el grado de picor de los frutos, por ejemplo el nivel de humedad del suelo, la nutrición o condiciones de estrés abiótico (Borges-Gómez et al, 2008, Monforte-González et al, 2010, Ruiz-Lau et al, 2011b. Los estudios de los últimos años incluyen aspectos de producción agronómica (Bautista-Capetillo et al, 2018, David-Santoya et al, 2018, Gutiérrez-Gómez et al, 2018, Vázquez y Navarro, 2018, fisiológicos (Andueza-Noh et al, 2017, Pérez-Gutiérrez et al, 2017, Ayala-Garay et al, 2018, Meneses-Lazo et al, 2018, Pérez-Pastrana et al, 2018 y de uso médico (Rosa-Lugo et al, 2017, Sebastián-Fort et al, 2018. Pero, también incrementó la investigación en búsqueda de genotipos resistentes a enfermedades (Gasca- González et al, 2008, Caamal-Chan et al, 2011, uso de microorganismos benéficos de la rizósfera (Reyes-Ramírez et al, 2014, Mejía-Bautista et al, 2016, Samaniego-Gámez et al, 2016, Castillo-Aguilar et al, 2017a, 2017b, Chiquito-Contreras et al, 2017, rescate y conservación de materiales criollos (Latournerie-Moreno et al, 2002, Castañón-Nájera et al, 2010, López-Espinosa et al, 2018, respuestas fisiológicas de las plantas ante factores de estrés biótico y abiótico (Garruña- Hernández et al, 2014a, Pérez-Gutiérrez et al, 2017, fenología (Garruña-Hernández et al, 2012, Meneses-Lazo et al, 2018 ...…”