“…Por lo que respecta al perfil ejecutivo, las habilidades que tienen que ver con las funciones cognitivas complejas parecen ser especialmente sensibles al estrés de la vida temprana (Pechtel & Pizzagalli, 2011), afectando a los resultados académicos (Bull et al, 2008;Castillo-Parra et al, 2009) y contribuyendo al surgimiento de problemas de conducta externalizados (Lamm et al, 2018). El colectivo de niñas, niños y jóvenes en situación de acogimiento residencial parece tener peores habilidades para autorregularse (Fisher et al, 2016), más problemas de atención (Bernedo et al, 2014;Lamm et al, 2018), un control inhibitorio más pobre (McDermott et al, 2013;Nelson et al, 2014;Pears et GÉNEROS -Multidisciplinary Journal of Gender Studies, 10(2) 152 al., 2010) y problemas en la memoria operativa (Wretham & Woolgar, 2017) y la flexibilidad cognitiva (Lewis-Morrarty et al, 2012). Aunque los resultados sobre los problemas ejecutivos en la población en situación de acogida son concluyentes y avalan la existencia de numerosos problemas ejecutivos en este colectivo en comparación con la población de referencia, desconocemos aún si las niñas presentan las mismas dificultades ejecutivas que sus compañeros.…”