“…Sin embargo, su sentido más reconocido fue como accesorio de guerra, pues se pensaba que la pintura escondía signos de debilidad. La pintura corporal era tan prevalente que el bermellón sintético fabricado en Europa fue parte de las importaciones usadas en el comercio entre colonos franceses e ingleses con los nativos americanos, hasta el fin del siglo XVIII (Lozier, 2017).…”