El coaching ha cobrado relevancia, llegando a otros lugares como las instituciones educativas (Ramos et al., 2019; Ávila et al., 2020). Este tipo de acompañamiento interpersonal busca que se mejore el rendimiento académico, la motivación, los procesos de enseñanza aprendizaje y la mirada crítica en el estudiantado (Álvarez et al., 2018; Domínguez et al., 2018; Bernández y Belmonte, 2020; Bécart, 2016; Valero, 2019; Flores, 2021; Bécart y Ramírez, 2016). En esta ponencia se exponen los hallazgos de un estudio en el que fue aplicado un cuestionario a una muestra incidental no probabilística de 156 estudiantes, procedentes de tres licenciaturas escolarizadas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). Se exploraron las opiniones del alumnado sobre las habilidades de sus docentes, con el objeto de identificar aquellas funciones inscritas en la perspectiva del docente-coach y las que se mantienen dentro del modelo tradicional. Los resultados indican que si bien el autoaprendizaje, la mejora del rendimiento académico, la retroalimentación y la comunicación asertiva son prácticas que ejercitan quienes son docentes, estas coexisten con pautas y prácticas del modelo tradicional. El alumnado percibió baja motivación; el autoconocimiento; la promoción de la creatividad y la orientación para mejorar su vida profesional futura. Se incluyen reflexiones acerca de los beneficios que puede tener para la labor docente la incorporación de habilidades procedentes del coaching, tanto para mejorar el desempeño áulico como para favorecer en el estudiantado procesos autonómicos, de autoconocimiento, toma de decisiones y ejecución de planes de acción.