“…En los inicios de la historia de la cultura, el estudio del constructo del amor ha recibido una considerable atención y discusión desde la filosofía; por ejemplo, para Platón el amor es concebido como una emoción que existe de forma jerárquica, mientras que para Sócrates es una combinación de varios elementos (Wan, Hoesni, & Chong, 2012). Sin embargo, desde la psicología científica no se había demostrado un interés por investigar acerca del amor, sino hasta las últimas tres décadas, donde se revisó e investigó de manera creciente este constructo (Todosijević, Arančić, & Ljubinković, 2009). Producto de este interés, surgieron como resultado diversas operacionalizaciones del constructo del amor, sobre todo con la medición de las actitudes, los estilos y las dimensiones del amor, como ocurre en los trabajos de Rubin en 1970, Bardis en 1978, Hatfield en 1986, o de Sternberg, con su Teoría Triangular del Amor (1986, 1987, 1997citados por Carreño & Serrano, 1995).…”