“…En forma muy resumida, se puede decir que hay tres enfoques principales que responden a esta interrogante, dependiendo si la igualdad se da en: i) el bienestar, si se considera que el objetivo es maximizar la suma total de utilidad de una sociedad; ii) los bienes o recursos; para Rawls (1971) debe existir igualdad en bienes primarios (como derechos, libertades y oportunidades; ingreso y riqueza), mientras para Dworkin (1981), la igualdad se debe dar en los recursos, es decir, que cada individuo esté satisfecho con su dotación (o cesta) de bienes; iii) las oportunidades, donde se consideran, entre otros, el enfoque de capacidades señaladas por Sen y el enfoque de "nivelar el piso" (o "alisar el camino") de Roemer (Formichella, 2011). En el enfoque de capacidades de Sen, el criterio a igualar son las capacidades o libertades que tienen las personas para elegir su propio modo de vida; mientras que en el enfoque de Roemer, se requiere que haya igualdad en las oportunidades; aquí se considera que los resultados de un individuo son consecuencia de acciones que él lleva a cabo, y que están determinadas por dos tipos de circunstancias: las que el individuo puede controlar, y las que salen fuera de su control (Formichella, 2011). De esta forma, se hace una distinción entre la desigualdad ocasionada por la responsabilidad individual o factores sobre los que se tiene control, lo que Roemer (1998) llama "esfuerzo", y la desigualdad causada por circunstancias predeterminadas sobre las que el individuo no tiene control, como la raza, el género, las condiciones familiares, el capital cultural, las herencias, el ingreso familiar, entre otros.…”