El propósito de este artículo es el de visibilizar y caracterizar las diferenciadas barreras de acceso -financiera, sociocultural, espacial, temporal y de género- que los usuarios de la bicicleta enfrentan cotidianamente según lugar de residencia, grupo socioeconómico, grupo etario y género. Metodológicamente, se desarrolla un análisis con enfoque mixto en tres escalas: una macro, a través del reprocesamiento de datos de tipo cuantitativo (SECTRA, 2001, 2006, 2012) y otras, meso y micro, en base a estudios de casos: entrevistas, observación de terreno, espacialización y acompañamiento en el viaje. Los resultados muestran, la falta de una política de movilidad integral de escala metropolitana cuyo efecto, por una parte, no solo se traduce en la falta de continuidad y conectividad territorial, sino también favorece el acceso a la movilidad en bicicleta a quienes más conectados están y, por otra, no reconoce demandas particulares propias de cada territorio e invisibiliza a un ciclista antiguo de la periferia de la ciudad cuya movilidad en bicicleta ha sido y es una necesidad al acceder a la ciudad —por sus bajos ingresos, mayores niveles de obesidad y altos grados de exclusión social— y, por tanto, permanece siendo no acogido por la planificación urbana. Se concluye que el uso de la bicicleta reproduce, al igual que la red de transporte metropolitana, un modelo de desarrollo que profundiza acceso diferenciado a la movilidad en la metrópolis de Santiago, lo que dificulta avanzar hacia una movilidad urbana más sustentable y asequible para todos.