Este artículo sostiene que es posible establecer una clasificación de los participios adjetivales más minuciosa que las propuestas hasta la fecha. En concreto, se defiende que, al menos en español, los participios adjetivales pueden dividirse en cuatro clases: (i) los 'resultativos eventivos', que expresan un estado que se asocia a un evento previo sintácticamente presente (por ejemplo, 'Este plato está cocinado a fuego lento por un experto'); (ii) los 'resultativos no eventivos' -una clase inadvertida hasta la fecha-, cuyo significado resultativo no supone la presencia sintáctica de un evento previo (por ejemplo, 'El fenómeno está muy (in)explorado (*a conciencia) por la comunidad científica'); (iii) los 'puramente estativos', que denotan un estado puro, sin implicaciones resultativas ni eventivas (por ejemplo, 'Montse es admirada por todos'); y (iv) los llamados 'adjetivos perfectivos', que conllevan cierto valor resultativo, carecen de eventividad y no legitiman 'sintagmas-por' (por ejemplo, 'El monedero está vacío (*por un ladrón)'). Asimismo, se mantiene que las propiedades sintácticas y semánticas de cada clase dependen de la presencia o ausencia de ciertas proyecciones funcionales en la estructura; a saber: 'Aspecto' (Asp), 'Iniciación' (Inic) y 'Proceso' (Proc).