Es sabido que los trabajos de investigación se dan a conocer, con mucha frecuencia, mediante su publicación en revistas especializadas. Como también se sabe, muchas de ellas han adoptado el sistema de evaluación por pares (en sus distintas modalidades), que se ha convertido de este modo en parte integrante del desarrollo de las disciplinas académicas. Se considera que tal evaluación permite garantizar la calidad de lo que se publica (eliminando los trabajos malos o erróneos) y promover el prestigio de la revista de que se trate. Siendo esto cierto y necesario, no lo es menos que el mismo sistema deja abierta la puerta a prácticas espurias, deshonestas, imprudentes o insensatas. En tales circunstancias, es oportuno preguntarse por el modo más eficaz de atajar dichos desatinos. El objetivo del artículo es, por tanto, contribuir a mejorar el sistema de evaluación por pares. La metodología ha consistido en hacer una revisión de varios informes de evaluadores (con el fin de detectar prácticas no aceptables) y de la bibliografía sobre el sistema de evaluación por pares. Partiendo de esas fuentes, se ha abordado un análisis crítico del sistema y se ha presentado una posible solución. La propuesta de estas páginas consiste en someter a evaluación a los propios evaluadores, de forma que sea posible detectar los casos más notorios y tomar las medidas necesarias para marginarlos. Existen distintas propuestas para hacer la citada evaluación. Lo que aquí se propone es que los autores contesten a una encuesta sobre el trabajo realizado por el evaluador. La encuesta sería anónima y el evaluador podría ser identificado con un código, protegiéndose así su identidad.