“…Por ejemplo, si el docente mantiene una percepción de inefectividad sobre su propia práctica, deja de considerarse agente de cambio y disminuye su interés, esfuerzo y compromiso con sus funciones y con la escuela (Goulart y Novaes, 2008). Asimismo, si el docente no está motivado para ejercer su rol, puede presentar un alto nivel de insatisfacción y estrés (Buzzetti, 2005;Goulart y Novaes, 2008;Halsey, 2005;Munsch y Boylan, 2008;Sharplin, 2002;Silva, Quintana, Jiménez y Rivera, 2005). En este tipo de situaciones, los docentes suelen mostrar prácticas pedagógicas rígidas, poca empatía e insensibilidad hacia las dificultades de los estudiantes (Cordes y Dougherty, 1993;Ortega y López, 2004).…”