La producción de conocimiento tecno-científico sobre los impactos y transformaciones ambientales que generan los mega-proyectos mineros, es un elemento clave en manejo de los conflictos socio-ambientales producidos por el extractivismo. Generalmente, los informes oficiales son controlados por el Estado y por la empresa concesionaria, con lo que la producción de conocimiento técnico y científico lleva un marcado sesgo de apoyo y legitimación al proyecto. Aunque existen procesos participativos vinculados a estos procedimientos, las comunidades locales afectadas tienen un margen muy limitado de incidencia real en la toma de decisiones y en las definiciones de la realidad ambiental afectada. Ante esta situación, surgen diferentes vías para contrarrestar la producción de conocimiento científico oficial y hegemónica. En el presente trabajo describo distintas iniciativas de monitoreos ambientales independientes y producción científica alternativa, desarrolladas por la población local afectada por el primer proyecto mega-minero en Ecuador: el Proyecto Mirador. A través de ese caso, analizo hasta qué punto este tipo de procesos pueden suponer una vía de resistencia contra-hegemónica activa, que la misma comunidad ha denominado “ciencia de resistencia”, en un contexto de conflicto socio-ambiental. Combinando los enfoque interdisciplinares de la ecología política y los estudios de paz y conflictos con la perspectiva decolonial, el estudio de este caso revela dilemas y dificultades de los procesos de resistencia, pero también posibilidades de generar vías alternativas de construcción de conocimiento científico