“…La ILM es una forma de comunicación compleja en la que intervienen, como mínimo, tres participantes: una persona adulta con competencia limitada en la lengua de acogida (normalmente suele ser uno de los dos progenitores, aunque también podrían ser otros miembros de la misma comunidad); un proveedor de servicios (personal médico, de servicios sociales, profesorado, etcétera) y un menor con ciertos conocimientos tanto de la lengua de herencia (heritage language) como de la lengua de acogida, aunque no siempre totalmente bilingüe. La perspectiva de los menores es quizás la que se ha explorado en mayor medida en la investigación previa, ya sea a través de entrevistas retrospectivas a jóvenes mayores de edad que habían ejercido la ILM (Angelelli, 2016; Arumí y Rubio-Carbonero, 2022; Bucaria y Rossato, 2010, entre otros), cuestionarios (Angelelli, 2017;Cirillo, 2017;Crafter et al, 2017) u otras metodologías, como pueden ser las narrativas de los menores expuestas en redacciones (Antonini, 2017) o el análisis semiótico de dibujos realizados por los niños y niñas que asumen esta tarea (Torresi, 2017). La perspectiva institucional también ha quedado bien reflejada, sobre todo en estudios mediante cuestionarios a proveedores de servicios, como observamos en Cline et al (2014), Crafter et al (2017), Foulquié Rubio (2015 u Orozco-Jutorán y Vargas-Urpí (2022).…”