“…La preocupación por develar fenómenos de exclusión y relaciones de poder en las prácticas de escritura, presente en los estudios socioculturales desde sus inicios, se entrama en la región con perspectivas interculturales para dar lugar a la realidad de los pueblos indígenas y afrodescendientes, los migrantes y sus lenguas minorizadas, las organizaciones de mujeres y de grupos urbanos marginados (Kalman, 2005;Hernández-Zamora, 2010;Unamuno, 2011;Vóvio, 2008). De hecho, un conjunto importante de trabajos latinoamericanos sobre la escritura como práctica sociocultural cuenta, como antecedente, con una vasta producción intelectual sobre la desigualdad y la dominación en la región y adopta un abierto posicionamiento decolonial (e.g., Hernández-Zamora, 2019;Sito 2016;Zavala, 2011;Zavala y Córdoba, 2010;ver Jouve-Martín, 2009, para un planteo sobre particularidades de los estudios latinoamericanos de la literacidad).…”