A mis padres, Josep y Empar, porque han estado siempre presentes en todas las dificultades que enfrenté. Os debo mucho porque sois ejemplos de carácter, esfuerzo, cariño y dedicación. A mi hermano Carles que es una gran persona, que merece mucho la pena, y que es un compañero de infatigables aventuras. A mi mujer Maria José que ha estado a mi lado todo este tiempo, ayudándome durante el doctorado, con su dedicación, cariño y paciencia. Gracias por tu optimismo. Mi hijo Pau que ha sido una fuente de inspiración, de diversión y una bocanada de aire fresco.