El momento presente, tiempo de profundas crisis y punto de inflexión marcado por la pandemia y otras graves tragedias climáticas que afrontamos, amerita dirigir la mirada en perspectiva crítica esperanzadora. Con base en el reconocimiento de nuestra vulnerabilidad y finitud, así como de la gravedad de lo que nos acontece, es necesario considerar que –aún– estamos a tiempo de hacer un tránsito hacia la sustentabilidad y la dignificación de la vida en todas sus manifestaciones; un proceso constructivo que requiere poner en-acción una Ética del Cuidado y de la Compasión, es decir, exige el despliegue de una Sabiduría Ética de base Espiritual que, orientada por la razón cordial, interpele las dinámicas culturales inmanentes al holocausto ambiental que vivimos. A estas cuestiones nos referimos en el artículo, cuyo hilo vertebrador es el reconocimiento del potencial que tienen algunas propuestas educativas en la configuración de subjetividades ético-políticas centradas en el cuidado.