“…Este saber pedagógico también ha sido erigido por el profesorado, al considerarse la diversidad de prácticas evaluativas implementadas, fruto de las particularidades y características que tienen y demandan las poblaciones estudiantiles de diferentes contextos escolares, por ejemplo, de lo que conocemos como escuelas vulnerables. En Chile, las escuelas vulnerables son establecimientos educacionales públicos, financiados por el Estado, que reciben estudiantes en condición de extrema pobreza y que son categorizados anualmente por el Ministerio de Educación, según el bajo nivel socioeconómico de las familias, la formación educativa de los padres y madres, y las condiciones de riesgo que afectan al estudiantado y que, eventualmente, lo expone a la deserción del sistema escolar o al fracaso académico (Díaz López y Pinto Loría, 2017;Forján y Morelatto, 2018;Infante et al, 2011).…”