Contextualización: El durazno es un producto altamente perecedero debido a su patrón respiratorio de tipo climatérico y su alta producción de etileno, lo que conlleva, un acelerado deterioro de su calidad organoléptica luego de ser cosechado y una rápida senescencia. Actualmente, existen diversas técnicas que se aplican con el fin de retardar los cambios que acompañan el proceso de maduración poscosecha, entre ellos la refrigeración, la cual es una de las herramientas mayormente usadas para prolongar la calidad de los frutos altamente oxidables y aumentar su durabilidad en el tiempo.
Vacío de conocimiento: El desconocimiento de las características expresadas con la maduración de los frutos de durazno, específicamente del cultivar Gran Jarillo y la falta de estudios relacionados y bajo las condiciones del trópico alto, limita a los productores la toma de decisiones frente a las técnicas mayormente eficientes de almacenamiento, con el fin de evitar las pérdidas de la producción luego de la cosecha.
Propósito: Este estudio tuvo como objetivo dilucidar el efecto de diferentes temperaturas de almacenamiento en los parámetros de calidad de los frutos de durazno [Prunus persica (L.) Batsch] cv. Gran Jarillo después de la cosecha.
Metodología: Los frutos se almacenaron a temperatura ambiente (T1: 17 °C), testigo a temperatura ambiente con una cubierta de biopolímeros (T2: 17 °C más cera) y temperatura de refrigeración (T3: 2 °C), durante 22 días. Los resultados obtenidos se analizaron con un diseño completamente al azar con 4 repeticiones los días 0, 7, 14 y 22.
Resultados y conclusiones: el T3 (2 °C) mantuvo una mayor firmeza y una menor tasa respiratoria, menor porcentaje de pérdida de peso, menor concentración de sólidos solubles titulables (SST), una menor relación de madurez (SST/ATT) y mayor concentración de ácidos totales titulables (ATT). Por su parte, el índice de color (IC) de la epidermis aumentó durante la maduración en los tres tratamientos, mayormente en T1. Para el caso de la durabilidad en el tiempo, T3 se mantuvo hasta el día 22, mientras que los demás tratamientos a los 14 días perdieron su calidad organoléptica. Lo que permitió concluir que los frutos almacenados a temperatura baja retardaron su proceso de maduración en comparación a los almacenados a temperatura ambiente.