“…Por tanto, existen otros modelos para medir el impacto y la rentabilidad de los programas de formación, como son los modelos de KirKPatriCK, de PhilliPs y de waDe. El procedimiento más completo se puede estructurar en tres fases: cálculo de costes (directos, indirectos y de estructura), cálculo de beneficio (incrementos en los niveles de utilidad o bienestar asociados al incremento de la cantidad adquirida de formación) mediante el establecimiento de indicadores de impacto (económicos o duros y cualitativos o blandos) y cálculo de la rentabilidad (el análisis del coste-beneficio y el retorno de inversión).En suma, y por todo lo expuesto, la empresa no debe dejar de implementar programas formativos de ventas puesto que aquellos vendedores que desarrollan una mejor profesionalidad en su trabajo obtienen mejores niveles de desempeño(Canales y Küster, 2008). Es más, debemos recordar que como afirman aragón y lloret (2010, pág.…”