ResumenHace cuatro décadas se describió un circuito neurona1 que sería el substrato neuroanatómico y neurobioquimico del placer, la recompensa y la drogodependencia. Algunos animales de experimentación son capaces de autoestimularse eléctricamente o de autoadministrarse sustancias de abuso en las áreas de este sistema de una manera compulsiva, produciéndose manifestaciones que se interpretan como conducta placentera. En esta situación, los animales son capaces de abandonar totalmente otras actividades placenteras como la alimentación y el sexo.El núcleo accumbens, el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala son los núcleos o áreas cerebrales más importantes de este circuito; el núcleo accumbens (y su fisiología) es el centro crítico de la iniciación y del mantenimiento del refuerzo de la conducta y del abuso de drogas. Allí llegan aferencias de estructuras corticales como la corteza prefrontal y el hipocampo, y de otras como la amígdala y el área ventral del tegmento. El núcleo accumbens proyecta al pálido ventral y a los núcleos motores mesencefálicos desde los cuales salen eferencias a la médula espinal. Esta sería la vía de difusión de estímulos nacidos en el núcleo accumbens, los cuales están involucrados en la actividad sicomotriz. Se enfatizará especialmente la neurotransmisión del núcleo accumbens y del hipocampo.Se piensa que la dopamina y algunos neurotransmisores aminoacidérgicos son importantes en la regulación sináptica de este sistema. Existe consenso sobre el papel relevante de la dopamina en este circuito de recompensa, neurotrasmisor que está muy involucrado en los condicionamientos y en la drogodependencia. Sin embargo, no debe dejarse de lado la función de los otros neurotransmisores.Esta revisión destaca principalmente el papel que juegan el GABA, el glutamato y el aspartato y, muy recientemente, la participación del oxido nítrico.Palabras clave: sistemade recompensa, drogodependencia, neurotransmisores, sustancias de abuso.Reward system and drug dependence Abstract A neural circuitry which could be the anatomical and neurochemical substrate for pleasure, reward and drug dependence was described four decades ago. Some lab animals are able of compulsive electrical self-stimulation or drug self-administration affecting the nucleus of this circuit, and thus showing a behavior interpreted as pleasure. If per-