“…La evidencia muestra que a través de la metodología aprendizaje-servicio se incrementa el desarrollo de habilidades como el trabajo de equipo, la comunicación y el liderazgo, clara manifestación de desarrollo y maduración personal (Arratia, 2008); el desarrollo académico, como habilidades de pensamiento complejo y solución de problemas (Barrios et al, 2012); y otras habilidades y actitudes relacionadas con la participación cívica (Sandia y Montilva, 2020). Particularmente, la bibliografía revisada sobre aprendizaje-servicio en el contexto de formación inicial docente (en adelante FID), muestra que, en una acción andamiada por un fuerte componente de reflexión (Mayor y Rodríguez, 2016;Páez y Puig, 2013), esta metodología constituye una buena herramienta para desarrollar la competencia social y ciudadana de los futuros docentes (Gil-Gómez et al, 2014;Santamaría-Goicuria y Martínez, 2018;Sotelino et al, 2019). En el mismo sentido, da cuenta de su idoneidad para discutir "las expectativas iniciales del pensar y del hacer abriendo nuevas sendas que cuestionan las posiciones hegemónicas del enseñar y el aprender" (Santamaría-Goicuria y Martínez, 2018, p.115).…”