Este artículo reconstruye y analiza la historia de una capilla familiar, sede de una vice-parroquia del obispado argentino de Córdoba, que a fi nes del siglo XIX fue expropiada por la curia junto con todas sus propiedades. Por un lado, por tratarse de un caso de desamortización, se relaciona con los vínculos entre el Estado y la Iglesia Católica y con el proceso de secularización. Por otro, nos habla elocuentemente de los cambios que se produjeron en el siglo XIX en las relaciones entre la Iglesia y las familias que detentaban derechos de patronato sobre templos y otras instituciones. El texto apunta a poner en evidencia una vez más que la desamortización de propriedades afectadas al culto no siempre perjudicó a la Iglesia y favoreció al Estado. En efecto, en más de un caso relevado en Argentina, el Estado desamortizó las tierras y otros inmuebles y se apropió de ellos, pero a la vez transfi rió a la Iglesia los templos, imágenes, ornamentos y otros bienes que se hallaban bajo patronato familiar. Estos ejemplos nos hablan de un proceso desamortizador en el que, a la postre, Estado e Iglesia salieron benefi ciados en detrimento de las familias patronas.