“…al canon 4 ni de nuevos temas de análisis, sino que proponen un paradigma alternativo al Hispanismo peninsularista, reformulando tanto su objeto de estudio como su marco teórico y metodológico. Así pues, el punto de partida de este campo no es otro que el estudio relacional de las culturas y literaturas ibéricas, alejándose de una perspectiva monolingüe y un único marco nacional (Pérez 2016: 266 Es obligado decir que, en su configuración como nueva disciplina, a los Estudios Ibéricos, especialmente en su vertiente anglosajona, se les exige también un esfuerzo por superar el presentismo del que, no sin razón, tanto se ha acusado a los Estudios Culturales, limitados casi exclusivamente al análisis de periodos contemporáneos (Delgado 2013: 48 Santana (2008), entre otros, daban cuenta de la preocupación de la academia estadounidense por revisar los postulados tradicionales y hegemónicos del Hispanismo estadounidense. Por ejemplo, aunque no enmarcara su propuesta explícitamente bajo la etiqueta de Estudios Ibéricos, este último investigador sugería un cambio de paradigma en la aproximación a las literaturas y culturas ibéricas que indefectiblemente se asocia con la disciplina en cuestión, tanto teórica como metodológicamente.…”