El triunfo del Frente Amplio en 2005 en Uruguay significó importantes movimientos en las tradicionales estructuras de bienestar del país. Las reformas en materia de mercado laboral, salud, tributación, y particularmente en atención a los sectores más vulnerables evidenciaron una agenda que configuró una orientación política que modificó el paisaje institucional y discursivo de las políticas sociales. Los avances, y hasta los éxitos, en materia de protección social plantean, no obstante, nuevos desafíos en la construcción de una agenda que supere el sostenimiento inercial de los cambios. Poniendo el foco en las políticas dirigidas a los sectores más vulnerables cabe preguntarse cuáles son los nuevos desafíos institucionales y políticos hacia posibles reconfiguraciones de las estrategias políticas de protección social. Este artículo hace mención a nudos en el plano de la coordinación institucional, la premura por incorporar innovaciones en políticas y la necesidad de repensar las coaliciones redistributivas.