“…Por este motivo, muchos autores comienzan a considerar en la actualidad a la celiaquía una enfermedad propia de esta época de la vida (2). A diferencia de las formas clásicas infantiles, cada vez son menos los casos diagnosticados en adultos que debutan con diarrea y síntomas de malabsorción debida a atrofia vellositaria intestinal, y por el contrario predominan las formas clínicas atípicas (3,4). Entre estas se pueden presentar anemia y ferropenia (4), hipocalcemia o hipoalbuminemia aisladas, aumento de VSG de causa no aclarada, polimialgia reumática (1,5), síndro-mes ansiosodepresivos, hiperamilasemias debidas a macroamilasemia, elevación de transaminasas o distintos trastornos neuroló-gicos o dérmicos.…”