A partir de investigaciones previas sobre la acción cultural de la dictadura chilena (1973–1990), especialmente vinculadas a las artes visuales, se reflexiona sobre nudos críticos claves en pos de un marco interpretativo sobre aquella: identidad y periodización, denominación, filiación ideológica, alcance cultural de la ruptura provocada, comparación con las dictaduras sudamericanas, manipulación de los medios y reconocimiento de la acción artístico-cultural con relación a su identidad represiva. Se propone considerar las fluctuaciones temporales, institucionales y de contenido, para superar explicaciones dicotómicas o absolutas que mitifican y oscurecen la comprensión del accionar cultural autoritario y, por ende, del disidente.