Se analizó la relación entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes universitarios de Educación Física de la Universidad Católica de Temuco en Chile 2015/16 (n = 122). Los participantes completaron el cuestionario CHAEA-36 y se analizaron los datos en función del curso, la edad y el género. Los hallazgos demostraron la predominancia, principalmente, de los estilos de aprendizaje combinado (56%) y activo (21%). No se observó relación significativa entre los estilos de aprendizaje y el curso (χ² = 14.324; p =.575), y tampoco la edad (χ² = 14.324; p =.575). Sin embargo, el análisis inferencial demostró una relación significativa entre los estilos de aprendizaje y el género (χ² = 11.257; p =.024). Por último, los estudiantes con un estilo de aprendizaje activo demostraron un rendimiento académico significativamente inferior que sus compañeros con estilos de aprendizaje pragmático (F = 9.517; p = .011) y combinado (F = 14.625; p = .013). No se observaron diferencias significativas en el resto de comparaciones. Estos hallazgos determinan la importancia de atender a los procesos de formación inicial docente desde una perspectiva flexible, adaptada al contexto sociocultural y educativo de los aprendices. En este sentido, se necesitan nuevos estudios de investigación que analicen la relación entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico, principalmente desde la perspectiva de género.Abstract: The relationship between learning styles and academic performance of physical education students at the Temuco Catholic University 2015/16 was analysed (n = 122). Participants completed the CHAEA-36 questionnaire and data were analysed by academic year, age and gender. The findings showed a predominance of a combined style of learning (56%) and the active learning style (21%). No significant relationship between learning styles and academic year (χ² = 14.324; p =.575) nor age (χ² = 14.324; p =.575) were observed. However, the inferential analysis showed a significant relationship between learning styles and gender (χ² = 11.257; p =.024). Finally, students with an active learning style demonstrated significantly lower academic performance than their peers using pragmatic (F = 9.517; p = .011) and combined (F = 14.625; p = .013) learning styles. No other significant differences were observed. These findings show the importance of approaching teachers basic training from a flexible perspective, adapting it to learners’ cultural and educational context. In this sense, new research studies that analyse the relationship between learning styles and academic performance, mainly from the gender perspective, are needed.