“…Al respecto, autores como Hickman et al (2019) y Guzmán-Marín (2018) sostienen que, al ser multidimensional, la práctica docente se vuelve un fenómeno complejo, cuya evaluación debería contar con relevancia cultural, es decir, tomar en cuenta el contexto: la institución, el plan de estudios o curriculum al que se adscribe, las características específicas de la población, entre otros aspectos. Además, a pesar de no existir un consenso universal, la literatura especializada habla ya de ciertos indicadores a considerar, referentes a cualidades profesionales, la actitud hacia los estudiantes, los procedimientos de evaluación e incluso se ha referido la importancia de mantener una buena salud mental, autoestima y tolerancia a los conflictos Para dicho fin, los cuestionarios de opinión estudiantil son el recurso principalmente utilizado ya que, son los alumnos actores principales y parte constitutiva de la práctica docente, y su opinión escrita brinda información detallada sobre la práctica docente (Reyes et al, 2018). Lo anterior se evidencia en los estudios realizados por Casero-Martínez (2010) y Hoyuelos-Álvaro e Ibáñez-Quintana (2016) en los que los alumnos mediante su opinión escrita resaltan aspectos como la claridad expositiva, el dominio del contenido, la dinámica de la clase, una evaluación justa y el cumplimiento del horario, las características personales del profesor, resolución de dudas y las actividades para generar aprendizaje, en contraparte mencionan de manera negativa no cumplir los objetivos de aprendizaje y no propiciar un ambiente sano en el aula.…”