Introducción. Como medida preventiva para limitar el contagio ante la pandemia por COVID-19, se implementó el confinamiento. Este evento limitó la disponibilidad de alimentos y favoreció el consumo de alimentos procesados y no perecederos, menos saludables; estas conductas que se pueden ver relacionadas con trastornos de la salud mental como estrés, ansiedad y depresión. Métodos. Estudio cuantitativo, descriptivo, transversal, con muestreo no probabilístico por conveniencia realizado entre agosto-octubre, 2020, con una participación de 1657 personas latinoamericanas de población general. Se aplicó el cuestionario Depression, Anxiety and Stress Scales-21 y el de conductas alimentarias asociadas a estrés, ansiedad y depresión-17. Se empleó regresión logística ordinal para valorar la asociación entre variables. Resultados. El 62 % presentó algún grado de depresión, 55.9 % ansiedad y 55.2 % estrés. Se encontró asociación entre estrés con actividad física (p 0.048), consumo de pescado (p 0.041), agua (p 0.003), panes/postres (p 0.005), comidas rápidas (p <0.001), bebidas azucaradas (p 0.035), té e infusiones (p 0.023) y cacao y sus derivados (p 0.018). Ansiedad con actividad física (p 0.006), ingesta de verduras (p 0.022), pescado (p 0.031), aceites (p 0.008), panes/postres (p 0.026), comidas rápidas (p <0.001), té e infusiones (p 0.018), cacao y derivados (p 0.038) y suplementos vitamínicos (p 0.016). Depresión con la actividad física (p 0.037), consumo de frutas (p 0.012), agua (p 0.012), café (p 0.045), panes/postres (p 0.003), comidas rápidas (p <0.001). Conclusiones. Se encontró asociación entre el consumo de ciertos alimentos y los elevados niveles de estrés, ansiedad y depresión.