“…Las autoras centran su análisis en la manifestación como forma de acción colectiva que invita a repensar las categorías clásicas dada la heterogeneidad y polifonía de sus participantes y que puede, de manera horizontal y con una dimensión de ritual, ser reivindicativa y propositiva al mismo tiempo, instalando nuevos problemas públicos y renovando los vocabularios que los agentes usan en sus interacciones y sus luchas (Natalucci;Rey, 2018, 31). En el ámbito chileno, Adams (2002) examina, a través de datos etnográficos, las acciones de mujeres activistas de clase trabajadora tras que el declive del movimiento prodemocracia en la dictadura de Pinochet con el avenimiento de los gobiernos civiles. El estudio aporta una perspectiva poco analizada acerca de quiénes sostienen la acción colectiva feminista en el momento en que un movimiento social entra en repliegue.…”