“…Finalmente, en lo que respecta a las quenopodiáceas, aunque no se han realizado estudios experimentales sobre las mismas, sí que habría que decir que han sido documentadas como combustible en algunos estudios antracoló-gicos del Sureste ibérico semiárido, donde crecen abundantemente, desde el Calcolítico (RODRÍGUEZ-ARIZA, 1992CARRIÓN MARCO, 2004GRAU, 2007), si bien es cierto que sólo se conoce su asociación a estructuras de combustión de tipo especializado en el caso de Punta de los Gavilanes (GARCÍA MARTÍNEZ, 2006). Una posible hipótesis sobre la utilización de estas plantas podría apuntar a que su composición química, con un alto contenido en sal, pudiera de alguna manera favorecer el proceso productivo desarrollado en los hornos.…”