Los centros de detención y tortura de la dictadura chilena han desaparecido o están desapareciendo. Con ello, las memorias de dichos lugares parecen asimismo perderse. Sostendremos aquí, no obstante, que la desaparición física de los lugares no implica la pérdida de todo rastro, puesto que su recuerdo subsiste a través de otros medios, como la tradición oral. Exploramos, en particular, la posibilidad de que sean los relatos de actividad sobrenatural, los así llamados “cuentos de fantasmas”, los que sirvan de escenario público de la memoria social, permitiendo que esta sea convocada.