La pandemia de COVID-19 oficialmente ha ocasionado, a mayo de 2022, más de 6,9 millones de muertes en el mundo; sin embargo, esta cifra se encuentra tres veces por debajo de los excesos de muerte para el mismo periodo. El Perú, al 14 de agosto de 2022, tiene la mayor tasa de mortalidad en el mundo. Esto se debe a que corrigió las muertes por COVID-19, incorporando el exceso de mortalidad el 31 de mayo de 2021, pasando de 70 mil muertes a 180 mil. El número de casos en los países más pobres es menor que en los países de mayores ingresos, sin embargo, la tasa de letalidad (muertes/casos* mil) es mayor. La mayor severidad de la infección en los países más pobres se debe a la desigualdad en los servicios de salud y en la menor cobertura de vacunación. Luego del primer caso de COVID-19, presentado en marzo de 2020 en Perú, han ocurrido cuatro olas con diferentes intensidades y amplitudes. La de mayor intensidad, pero de menor amplitud fue la tercera ola y, actualmente, estamos en las finales de la cuarta ola. La mayor cantidad de muertes se observa en la primera y segunda ola, y es mucho menor en la tercera y cuarta ola, donde los casos fueron mayores. En el Perú, la vacuna se aplicó desde el 9 de febrero de 2021. Ese día se aplicó la vacuna contra COVID-19 del laboratorio chino Sinopharm a 3 842 personas. Desde ahí, las vacunas utilizadas en Perú corresponden a los laboratorios Sinopharm, Pfizer, AstraZeneca, Moderna y Janssen. Actualmente, hay personas, particularmente el personal de salud y mayores de edad, que ya han recibido una cuarta dosis. En esta revisión también se analiza la influencia de las aglomeraciones de personas, la vida en zonas altitudinales, la edad cronológica, la contaminación ambiental, la medicación y la automedicación en la severidad de la COVID-19. Por efecto de la pandemia, la esperanza de vida en América Latina se ha reducido en dos años. En conclusión, el Perú ha sincerado sus muertes por COVID-19 basado en los cálculos de exceso de mortalidad, lo cual debería ser realizado en los otros países de la región para determinar la real magnitud de la pandemia en América Latina y El Caribe y explicar los factores que la determinan en cada país. Por ello, no es aceptable decir que Perú tiene la mayor tasa de mortalidad en el mundo. En el Perú, como en otras partes del mundo, los mayores de edad representan cerca del 87% de las muertes y los programas de los gobiernos deben priorizar este grupo etario para tratar de reducir su alta tasa de mortalidad.