“…En este sentido, el presente estudio toma distancia del tipo de agencia que generalmente se asocia de manera conceptual, con la idea de ser capaz de hacer algo que cuenta como una acción. Comúnmente se comprende como la agencia humana y en específico, en el campo ético y moral, se comprende como la agencia moral, como aquella que es propia de una persona que ejecuta una acción con base en parámetros éticos de manera consciente, voluntaria, libre y con intención clara (Naranjo, 2010;Forero, 2011;Villegas, 2004). Al respecto, existe la postura contraria, a saber, aquella que considera que no hay posibilidad para dicha capacidad de agencia, dado el determinismo social y cultural de la acción y comportamiento humano 62 (Mosterín y Torretti, 2002).…”