“…El instrumento que se presenta en el artículo abarca ambas perspectivas y se sustenta en una serie de dimensiones e indicadores que tienen su origen en diferentes estudios e investigaciones: el plan personalizado de trabajo (Bello & Carabantes, 2015;Eusko Jaurlaritza, 2018;Martínez et al, 2009;Olmos & Mas, 2017), las adaptaciones curriculares (Amores & Ritacco, 2016;Rujas, 2017), los recursos de apoyo en el aula (Consejo Escolar de Euskadi, 2018;Rujas, 2017), la orientación y tutoría (Cutanda & González, 2015;Echeverria, 2016;Garcés et al, 2020;García & Cortés, 2020;Gutiérrez & Expósito, 2015;Wierik et al, 2015), los apoyos fuera del aula (Bruin & Ohna, 2013), la cooperación entre docente y alumnado (Fernández et al, 2019;Morales et al, 2018), la valoración de su propio trabajo como educador/a (Alarcón et al, 2018;Aramendi et al, 2018;Pinya et al, 2017), el respeto a la diversidad (Cutanda & González, 2015;Escudero, 2018;Fernández et al, 2019;González & Porto, 2013;Lata & Castro, 2016;Romero et al, 2015), la cooperación docente (Escudero & Martínez, 2012;Jurado et al, 2015;Vega, 2016), la interacción con las familias (Beilmann & Espenberg, 2016;Daehlen, 2017), con los servicios comunitarios (Opertti, 2019;Pinya et al, 2017;Riaño et al, 2016;Waitoller et al, 2019), la coordinación del centro educativo…”