“…La orientación debe facilitar el proceso de transición y de adaptación del estudiante en la Universidad, ofrecer al estudiantado información, orientación y recursos para el aprendizaje, asesorar el estudiante en la configuración de su itinerario curricular -prestando atención a cada realidad específica-, así como facilitar el acceso al mundo laboral o a la continuación de los estudios, en una sociedad cada vez más complejo y cambiante donde la toma de decisiones va a ser vital en la gestión de la trayectoria personal y profesional (Pantoja-Vallejo, et al, 2020;Romero-Rodríguez y Figuera-Gazo, 2016). Para ello será clave, además, pensar las figuras que deben aparecer en este modelo de intervención: tutores/as o mentores/as, profesorado, estudiantes, agentes expertos, así como las dimensiones de trabajo a incorporar prioritarias atendiendo a las necesidades actuales del colectivo universitario (Fernández-García et al, 2019;Llanes et al, 2017;Martín et al, 2020;Pantoja-Vallejo et al, 2021).…”