La ausencia de un modelo gubernamental de acogida para la población escolar migrante ha obligado a las escuelas a rediseñar sus prácticas educativas, asumiendo de manera autodidacta y creativa el trabajo en torno a la diversidad cultural. Por esto, nos propusimos comprender cómo las escuelas han respondido a la llegada de estudiantes extranjeros y qué prácticas educativas han desplegado al respecto. Mediante un trabajo etnográfico de 2 años en 4 escuelas públicas con proyectos educativos con sello intercultural y alta matrícula de estudiantes extranjeros, se revela la existencia de 10 dispositivos de acogida que han permitido a las escuelas gestionar la inclusión educativa de estudiantes extranjeros. Analizamos dichos dispositivos en función de las dimensiones implicadas, grados de sofisticación y de las contradicciones que generan al interior de las escuelas, y discutimos sus alcances y contribuciones a partir de una experiencia de intervención formativa.