“…Esta conclusión se fundamenta, por un lado, en la escasa presencia de recursos gráficos, por ejemplo, detalles ampliados de algún elemento de la representación, secciones o cortes específicos para mostrar elementos no visibles desde otras perspectivas, uso inadecuado de colores que no facilita la diferenciación de las estructuras anatómicas implicadas y su ubicación en distintos planos (López-Manjón & Postigo, 2008; Pérez de Eulate, Llorente, & Andrieu, 1999; Postigo & López-Manjón, 2012). Por otro lado, se pone de manifiesto la inadecuación de recursos verbales debido a la escasez de rótulos en las imágenes, la falta de títulos que ayuden a guiar su interpretación y una insuficiente referencia en el texto principal a las imágenes que le acompañan (López-Manjón & Postigo, 2008; Perales & Dios, 2002; Postigo & López-Manjón, 2012; Soyibo, 1994). Incluso, Bowen y Roth (2002) encontraron que las imágenes (gráficas sobre ecología) incluidas en los artículos de revistas científicas eran menos ambiguas y proporcionaban más ayudas y contexto para su interpretación, que las de los libros de texto de Bachillerato y Universidad.…”