Este trabajo se centra en los arcaduces documentados en un conjunto de aceñas localizadas en Senda de Granada, un paraje emplazado en el heredamiento norte del sistema hidráulico andalusí murciano. El estudio del material cerámico y el análisis de los contextos estratigráficos y estructurales han permitido confirmar la filiación islámica, al menos del heredamiento de Aljufía (norte), y su datación en el siglo X, descartando su posible origen romano. Esta fecha se ha podido establecer gracias a los arcaduces documentados en las aceñas 1, 2 y 3, que denominamos arcaduces de fijación próximodistal, que se encuadran tipológicamente en el grupo identificado por S. Gutiérrez Lloret (1986, 1996), en el Bajo Segura, cuyos antecedentes se remontan a la segunda mitad del siglo VIII. La presencia en Senda de Granada de otro tipo de arcaduz, provisto de sendas escotaduras y base apuntada (engarce próximo-medial), mejor representado en el resto de al-Andalus, nos llevó a estudiar la distribución espacial de los respectivos tipos y el supuesto proceso evolutivo de carácter morfo-técnico. El análisis ha revelado que ambos tipos de arcaduz convivieron un largo período de tiempo, entre los siglos X y XI, aunque no en el mismo espacio geográfico, sino que ocuparon zonas excluyentes hasta que hacia el siglo XII los arcaduces de amarre próximo-distal fueron definitivamente remplazados, en Tudmīr, por los de fijación próximo-medial de base apuntada. En relación con la creación del espacio irrigado andalusí en Murcia, los hallazgos de Senda de Granada permiten determinar un terminus ante quem para la creación de su huerta en el siglo X, período en el cual sus aceñas ya se encontraban funcionando.